jueves, 14 de marzo de 2013

El día que tú te quieras será cuando más te quieran.



Nos pasamos la vida exagerando las cosas. Llevando las situaciones a extremos preocupantes. No nos damos cuenta de que parecemos una panda de borregos luchando por llegar a la cumbre de un acantilado del cual acabaremos cayendo. La gente no sabe que antes de actuar hay que pensar y tener bien claro a donde queremos llegar. Vivimos en una sociedad en la que hay que andarse con cuidado, en la que nos hacen creer cosas que no son y en la que los menos listos se lo creen. La gente es lo suficientemente educada como para no hablar con la boca llena pero parece que no les importa hacerlo con la cabeza hueca. Vivimos rodeados de egoísmo y de desconfianza. Criticamos a la gente por cada defecto y no nos damos cuenta de que la perfección es subjetiva. Vivimos en una sociedad en la que la gente vive de esperanzas pero realmente no sabe ni que espera. Siempre quejándonos de todo y a la vez fingiendo no darle importancia a nada. Intentando llegar a ninguna parte, luchando por una meta que cada vez esta más lejos y que muchas veces ni esta. Y es que sin uno mismo quererlo la sociedad ha hecho que entres en su juego para que seas uno más entre tanto infeliz, parece que, así, entre infelices crece la falsa felicidad; y mira que me parece triste esta situación. Lo mismo ya es tarde para esta sociedad pero para los pocos que les queda algo de cabeza, me gustaría recordar que, por favor, nunca te duermas sin un sueño ni te levantes sin un motivo, tampoco vivas por nadie que no este dispuesto a vivir por ti, recuerda que ningún día se parece a otro y que nadie se parece a ti. Que sólo hay una persona capaz de comprenderte y esa eres tú misma. Valórate y ten siempre presente que tú eres tú, no hace falta que te compares con nadie ni que pretendas ser quien no eres. Así es que abre los ojos y mira a ver donde quieres llegar antes de meterte en un juego del que no escaparas tan fácilmente.

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