miércoles, 29 de mayo de 2013

Ahí es cuando te das cuenta de que todo va a cambiar.

Con una sonrisa en la cara y una lágrima en la garganta, recuerdo los años vividos en este nuestro colegio. Hace ya más de 15 años que pusimos nuestro primer pie en este lugar. Casi sin darnos cuenta han ido pasando los cursos y hoy nos encontramos en un día tan importante y especial como es el día de nuestra graduación. Un día que llevamos esperando ya mucho tiempo. Así terminamos un capítulo que no es sino el comienzo de otro nuevo. Con todo lo que vivamos esta tarde llega el fin de la que, probablemente, sea la etapa más importante de nuestras vidas, en la que hemos llegado a ser como somos; la que nos ha visto crecer y madurar con los años hasta convertirnos en los pequeños adultos que se puede decir que ya somos. En este tiempo hemos aprendido que dos más dos no son cinco, que toda oración, excepto que sea impersonal, tiene sujeto y predicado, que en inglés “hola” se dice “hello” y en francés “bonjour”, que Colón descubrió América en 1492, y bueno, algunas cosas más. Ahora sabemos que solo un profesor de dibujo es capaz de hacer circunferencias perfectas en la pizarra, que hay cosas que son de cajón de madera de pino, que el nogal es un buen sitio donde reflexionar y que las películas porno, no os penséis mal, son películas por no dar clase. Entramos a este colegio sabiendo poco más que comer, dormir y jugar y sin embargo saldremos habiendo hecho una media de 1450 exámenes.
Así pues, por todos los años vividos en este colegio, por cada hora interminable de clase y por los segundos de más en los exámenes, por los llantos y las risas, por las excursiones y convivencias, por cada secreto que cada uno de nosotros nos llevamos, por los profesores de infantil, de primaria, secundaria y bachillerato, por los que hoy no están y por los que se quedan, por todo lo que hoy dejamos atrás ¿qué mejor momento que este para daros las gracias? Tenemos tanto que agradecer que seguro que me quedo corta con estas palabras. Lo primero, gracias a todos los padres y madres que nos trajeron a este colegio y que son los responsables de que hoy estemos aquí; gracias sobre todo por apoyarnos, animarnos y confiar en nosotros en especial en este curso en el que parece que nos jugamos nuestro futuro. Gracias a todos los profesores que hemos tenido, a cada uno de los tutores que nos han soportado, gracias por la infinita paciencia que habéis tenido. Gracias a todas las personas que hacen de nuestros días algo más que el pasar de las horas, porque seguro que cada uno de nosotros tenemos a quien agradecerle que nos saque una sonrisa en el momento menos esperado o nos anime a subir cuando lo único que ves es un pozo sin fondo.
Este curso se acaba y el que viene ya no estaremos los 55 juntos. Teóricamente a lo largo de estos meses hemos tenido tiempo para pensar en cada uno de nosotros y es que es hora de tomar decisiones importantes, de alcanzar la mayoría de edad, de ser algo más independientes y mostrar que todo lo aprendido a servido de algo, de luchar por lo que queremos, de buscar y perseguir aquello que nos haga felices, es hora, ante todo, de eso de ser felices. Pero la realidad es que en este momento no tenemos muy claro que va a ser de nosotros, sólo somos conscientes del esfuerzo tan grande que nos a supuesto el tratar de acabar este curso de la mejor manera posible y aunque aun no sepamos los resultados estoy segura de que cada uno de nosotros conseguirá su objetivo, sólo vale no abandonar ni rendirse a mitad de camino porque por algo hemos luchado el estar aquí y lo terminaremos como merecemos.
Vive ahora en nosotros la incertidumbre de saber si el futuro nos reserva un espacio en común, si en unos años podemos afirmar con orgullo que no ha habido necesidad de echarse de menos. Pero creed si os digo que solo tenemos que alimentar esa pequeña esperanza que grita sus ansias de querer por mucho tiempo, que todo siga tal cual lo es aquí y ahora.

Puede que ahora no tengamos claro lo que seremos en unos años pero lo que si sabemos es lo que nunca somos y lo que nunca dejaremos de ser, Compañía de María.


Graduación Generación del 95, Compañía de María, La Enseñanza.


miércoles, 22 de mayo de 2013


Eres como esa canción que tanto me gusta, la que no puedo dejar de escuchar. Eres como el olor de mi perfume preferido, ese que siempre se queda pegado a mi ropa. Eres ese soplo de aire frío, ese que siempre agradeces en los días de calor. Eres como el tacto de la ropa limpia después de una buena ducha tras. Mejor que el dolor de estómago cuando no puedo dejar de reírme, mejor que levantarme tarde un domingo, mejor que el olor a pintura. Mejor que andar descalza, mejor que el lado frío de la cama en verano y esas dos mantas en invierno. Eres como esa primera sonrisa después de una lágrima. Como el sonido de la lluvia al caer por la noche mientras intento dormir. Como el grito de libertad que siempre me he callado pero que por fin hoy he conseguido decir. Mejor que ese cosquilleo, esa sensación que te hace cerrar los ojos, mejor que ese sobresaliente inesperado, mejor que el silencio cuando sobran las palabras. Eres ese cabo que siempre está suelto, ese impulso imposible de frenar, esa pregunta que no tiene respuesta, todo aquello a lo que no encuentras sentido ni necesidad de buscárselo.


sábado, 11 de mayo de 2013


Incluso en estos tiempos veloces como un Cadillac sin frenos, todos los días tienen un minuto en que cierro los ojos y disfruto echándote de menos.
Incluso en estos tiempos en los que soy feliz de otra manera, todos los días tienen ese instante en que me jugaría la primavera por tenerte delante.
Incluso en estos tiempos de volver a reír con los amigos, todos los días tienen ese rato en el que respirar es un ingrato deber para conmigo.
Incluso en estos tiempos triviales como un baile de disfraces, todos los días tienen unas horas para gritar al filo de la aurora, la falta que me haces.
Incluso en estos tiempos de aprender a vivir sin esperarte, todos los días tengo recaídas y aunque quiera olvidar no se me olvida que no puedo olvidarte.



lunes, 6 de mayo de 2013

Tú, yo, ¿nosotros?


¿Qué sabes tú de mí? ¿Cómo estas tan seguro de que sigo siendo la misma? ¿Qué sabes acerca de lo que realmente siento? ¿Y de lo que quiero? ¿Y acerca de todo lo que desborda mi cabeza? ¿Sabes tú si mis palabras concuerdan con mis sentimientos? ¿Cómo puedes identificar que no te estoy mintiendo, que no oculto esa parte más vulnerable de mí? ¿Por qué sigues ahí? ¿Por qué has vuelto después de tanto tiempo? ¿Qué efectos te provocan nuestros actos? ¿Qué sientes? ¿Qué piensas de mí ahora? ¿Eres capaz de definir la relación que existe entre nosotros? ¿Sabes lo que quieres? ¿Sé lo que quiero?