domingo, 27 de enero de 2013

Neverland


No cerraré la ventana por si vuelves en busca de tu sombra, es mas, prometo que si la veo por aquí no dejaré que se escape y cuando vengas a por ella conseguiré cosértela para que no se vuelva a separar de ti. Me enseñaste que los pensamientos felices y los polvos de hadas son necesarios para volar; y con ello tuve el valor de saltar por la ventana y seguirte hasta ese desconocido lugar al que tú llamabas “El país de nunca jamás”. Aquel fantástico lugar en el que todo lo que nos rodeaba era como en mis cuentos. Todo aquello era como un gran juego, porque para ti la vida no era más que eso, un juego de niños en el que no existen los sentimientos más allá de la ira que sientes hacia el capitán Garfio o del miedo que tienes a crecer. Como tú dices “Seguro que morir es una gran aventura”, pero yo no permitiría morirme sin antes haber vivido y en esa vida existen los sentimientos y las emociones, por mucho que tú intentes escapar de ellos. Me dejaste enseñarte lo que es un beso y conseguí que sintieras mis palabras. Sé que aquella historia que viví entre piratas, niños perdidos, hadas y sirenas, nunca la olvidaré, ni me olvidaré de ti Peter. Y te doy las gracias por haberme hecho parte de tu cuento de niños. Pero he elegido crecer y sentir todo aquello que la vida me tiene preparado, por ello, ya solo me queda convencerte de que crezcas conmigo porque crecer y ser feliz no es incompatible y 
no hay que tener miedo a vivir.


Fdo: Wendy Moira Angela Darling

jueves, 24 de enero de 2013


Me preguntas que si estoy segura. Si, lo estoy. Siempre intento estarlo, siempre al máximo posible. Esta vida se basa en tomar decisiones y aunque nunca vamos a saber del todo sus consecuencias, ni vamos a saber si hubiese sido mejor tomar otro camino, siempre lo podemos intuir. Somos jóvenes, estamos a tiempo de equivocarnos, aunque arreglarlo no será tan fácil como insertar una moneda y darle a un botón. En las cosas de la vida nada es fácil, ahí esta la gracia. La vida es para los valientes, la vida está en manos de quienes saben convertir en dulce lo más amargo. La vida es para mí, para ti, para nosotros. Y si me preguntas que si estoy segura de lo que esta pasando, sonrío, giro la cabeza ligeramente y te respondo: Claro que si, no existen motivos para no estarlo. 

martes, 22 de enero de 2013

“Voy a acariciarte y a perder el control”


De nuevo el destino nos propuso otra tentación; nos encontrábamos solos en aquel lugar, sin nada ni nadie que nos incomodara. Esa atracción química y pasional cargaba el ambiente de tal modo que cada vez teníamos más claro lo que nos apetecía. Aquella situación era realmente tentadora, y más si tenemos en cuenta las ganas que tú tenías de hacerme tuya y las que tenía yo de que aquel rato no acabase. Ambos sabíamos muy bien lo que iba a suceder, la locura y las ganas de jugar recorrían cada centímetro de nuestro cuerpo. Lo teníamos demasiado fácil como para dejar escapar esos minutos juntos, así que, no nos quedamos con las ganas, eso os lo aseguro. Entre sonrisas y un poco de alcohol, con la música sonando y tumbados sobre la cama, allí no había nada que les preocupase. Suavemente me acariciaste la cara hasta llegar a tocarme el pelo, me plantaste un beso de esos que soy incapaz de rechazar. Comencemos con un par de besos combinados con mordiscos y sonrisas, recorrí todo tu cuerpo mientras el calor te invadía y, en ese instante más que nunca, nuestras cómplices miradas sabían lo que decir. “Quítame la ropa” nos decíamos sin abrir la boca. Es irónico que a menos ropa, mas calor. Pero así era, la ropa comenzaba a sobrar y esa racha de calor se mezclaba con esa manera de tiritar que poco a poco iba indicando ese típico “tengo ganas de ti”. Supimos jugar muy bien a ese juego que tanto nos apasiona. Conseguimos que la locura se hiciese cargo de la razón y nos dejamos llevar por lo que nos apetecía de verdad. Entre mordiscos, susurros y gemidos, nos sentíamos realmente nosotros mismos. “Escapémonos de aquí, dejemos que el mundo siga girando sin nosotros y alarguemos este momento en el que nos sentimos mejor que nunca”, nos decíamos sin arrepentirnos de lo que estábamos haciendo. Aquella tarde fue realmente una tentación para los dos, nos sentimos más juntos que nunca y, aunque no era la primera vez, podemos decir que lo fue porque entre nosotros siempre parece la primera vez, es siempre diferente y nunca falta pasión ni ganas. Así es que no dudo que momentos comos estos se repetirán a menudo.


lunes, 21 de enero de 2013


A ella nunca la oirás decir “te quiero”. Lo sabes, ella no es una chica normal y corriente, ella no sigue los mismos patrones que el resto de chicas con las que has podido caer hasta ahora. No te valdrán los mismos trucos, ya que ella puede ser una más, pero nunca será una cualquiera. Es más sensata de lo que puedes creer, más sincera de lo que puedes esperar, más sensible de lo que pueda aparentar, más mimosa de lo que la gustaría y más negativa de lo que nunca ha sido. Tiene altas expectativas en esta vida pero si algo sale de su control, no tardará en cambiar de opinión. Sabe lo que quiere y lo que la gusta, tiene las cosas claras y no duda en hacer lo que la apetece. Si no sabes lo que la pasa, solo tienes que mirarla dos segundos, es incapaz de ocultar lo que realmente piensa o siente. La asignatura de la que más ha aprendido es su vida y su día a día. Dicen que no la pega ir de chica dura, porque si la conoces un poco sabrás que en el fondo es una bomba de locuras y pasiones. Ella es adicta a las historias inesperadas y llenas de argumentos, necesita las pequeñas bobadas que hacen de un día cualquiera, un día emocionante e inesperado. Irónicamente, se siente enorme cuando la llaman “pequeña”. Sabe encajar y comprende las situaciones a la perfección. Nunca a tenido miedo a las arañas, a la oscuridad o a los payasos pero, por el contrario, tiene miedo a la incomprensión, a la mentira y al amor.




domingo, 13 de enero de 2013


Entreabre los ojos y ve un hombro. Esboza una pequeña sonrisa. Es él. Se sumerge debajo del edredón y nota el agradable contraste del frío exterior con el calor bajo las sábanas. Roza su pierna, él se mueve ligeramente y abraza la almohada. Ella decide levantarse. Tantea debajo de la cama hasta que encuentra su tanga negro, se lo pone y se enfunda su camisa vaquera. Camina descalza hacia el tocadiscos. Pasea sus dedos por la colección de vinilos, buscando uno en concreto. The Beatles. Lo pone bajito, lo justo para que él se despierte dulcemente. Él frunce el ceño hasta que abre los ojos y la ve, de pie junto al tocadiscos. Reconoce la canción al instante, sonríe. Ella se balancea sobre sus caderas muy suavemente con los ojos cerrados. Él la mira de arriba a abajo, se pasa la lengua por los labios. “… and let me know that you’re mine”.


The Beatles- Twist and Shout


miércoles, 2 de enero de 2013

¡Feliz 2013, felices 365 nuevas oportunidades!

Ya estamos en un nuevo calendario, con otras 365 oportunidades, con posibilidad de cambiar, de renovar nuestro estilo o nuestra forma de ser, pero todos deberíamos saber que simplemente se trata de un número más, no una vida nueva. Los años no borran los problemas, los errores ni todo lo vivido. Comienza de nuevo la posibilidad de ser más amable, de decir todo aquello que el año pasado no dijiste, de cumplir promesas, o quizás de detenerse a escuchar a aquellos que lo necesitas, pedir nuevos deseos y renovar los objetivos. Aunque todos debemos tener en cuenta que las situaciones finalmente pueden cambiar dejando todo en manos del azar. Muchos quieren cortar de raíz, un cambio radical, todo nuevo, un año distinto basado en la frase “Año nuevo, vida nueva”. No hay que ser tan tonto de pensar que con cambiar un número todo va ha ser diferente. No se necesita cambiar de año para modificar las circunstancias o lo que hiciste mal o de lo que ahora te arrepientes; eso se hace día a día. Cada vez que te levantes por la mañana, según salgas de casa o según quedes con los amigos, siempre, todos, son buenos momentos para cambiar lo que hiciste mal, o para hacer lo que te apetece o aquello con lo que te quedaste con las ganas. Así es que hoy, y no por haber cambiado de año, pido que los sueños y promesas no duren lo que duran los fuegos artificiales, que la esperanza sea sustituida por la iniciativa, que todo cambio venga de la mano de una mejora, que seamos capaces de dejar atrás las mentiras, la vergüenza y la falsedad. Cada año tiene 365 comienzos, así que a este 2013 todavía le quedan 363, y de ti depende transformar esos días, esas oportunidades, ese tiempo, en algo que valga la pena recordar. Aprovecha ese gran regalo de la vida que es cada día.


martes, 1 de enero de 2013

Adiós 2012, adiós.

ENERO

  FEBRERO

MARZO

ABRIL

MAYO

JUNIO

JULIO

AGOSTO

SEPTIEMBRE

OCTUBRE

NOVIEMBRE

DICIEMBRE


Un muy buen año.