lunes, 29 de abril de 2013




Y es que hasta los más chulos han llorado. Los más estudiosos han suspendido. Los días más lluviosos ha salido el sol. Los más grandes imperios han caído. Los más orgullosos han pedido perdón. Todos hemos llorado de la risa y todos nos hemos reído en un momento de seriedad. ¿Y que si nos hemos caído miles de veces? Lo importante es que nos hemos levantado con más fuerza, y ten siempre en cuenta que hasta los más grandes han sido vencidos alguna vez y no por ello se han rendido ni han dejado de lado su meta. Así es que no me cuentes cuantas veces has triunfado, cuéntame mejor cuantas veces has perdido, cuantas veces te has equivocado y aprendido de tus errores. Dime que a pesar de todo has seguido adelante con más fuerza y has luchado sin abandonar lo que te importa. Ese es el verdadero éxito del cual me interesa hablar. 

sábado, 27 de abril de 2013


Como un músico escucha una canción, como un pintor ve un cuadro, como un poeta lee unos versos, o como un fotógrafo observa una imagen.
Si no sientes la música como el músico la siente, si no contemplas el cuadro como el pintor lo hace, si no entiendes los versos como el escritor los entiende o si no captas la fotografía como lo hace el fotógrafo; nunca entenderás el verdadero significado de la canción, del cuadro, del poema o de la fotografía.
Estamos acostumbrados a no molestarnos en intentar entender el verdadero valor de las cosas, nos vale con un simple vistazo rápido para crear nuestra propia opinión. Criticamos sin conocer, sin saber, sin entender, sin motivo alguno más que una primera impresión personal. Cuando realmente no tendría que ser así. Todo el mundo debería intentar entender las situaciones, las cosas y, sobre todo, a las personas.
Lo realmente importante, lo que pretenden transmitir, se encuentra mucho mas allá de unas notas, unas pinceladas, unas letras o unas formas.




jueves, 25 de abril de 2013


¿Qué pintaba yo allí, entre tu copa y tus labios? De nuevo ante la misma situación de siempre, parece que algo ha cambiado pero en mi interior sé que no mejoro con los años; no como lo hace el buen vino. No valgo tanto como un whisky, yo soy más comparable a un cartón de vino de marca blanca de un supermercado. Pero, sin embargo, tú me bebías con el mismo gusto que a la cerveza más exquisita que jamás hubieras probado. Algo tendría que significar. La verdad es que yo te gustaba mucho más que el alcohol, mucho más que cualquier droga, y un beso mío se te subía mucho más que un par de chupitos de tequila. Yo sonreía, “una vez al año no hace daño” pensaba; aunque era inevitable huir del torbellino de preguntas que invadían mi cabeza. Demasiado difícil de expresar, de definir, de entender y, mucho más, de sentir.


domingo, 21 de abril de 2013

Yo lo llamo miedo a querernos.


Cuando te das cuenta de lo que realmente fue, cuando comprendes la historia, cuando ves la realidad después de un tiempo con los ojos abiertos, sin tanto amor de por medio y con más experiencias acumuladas. Dan ganas de llorar de lo triste que es, pero te ríes porque al fin te has dado cuenta. Probablemente si no hubiese pasado tanto tiempo no lo vería como lo veo ahora; es de risa ver la historia de dos idiotas que se quisieron y por miedo a querer se acabaron separando y terminaron de la peor manera posible, sacando radicalmente de sus vidas a quien tanto les llenaba. Al final el tiempo pone a cada uno en su lugar y si su lugar es volverse a llevar bien, así será. Pero es inevitable borrar el pasado o que influya en nuestras decisiones. 


Mil emociones que siento en el momento quitan la calma, 
y es que no se si reír o llorar, caer o levantarme, 
olvidar o buscarte.


Llevo esperando demasiado tiempo como para rendirme ahora. No me lo pones nada fácil, aunque yo creo que es eso mismo lo que más me atrae. Sé lo que piensas y lo que crees que yo quiero y siento, pero te diré que en mis pensamientos te equivocas. No intentes saber lo que quiero ya que muchas veces no lo se ni yo; sin embargo, lo que si sé es lo que me apetece y lo que, si por mi fuese, pasaría cada vez que nos cruzamos.
Ya he pillado lo que tú me intentas dejar bien claro, tranquilo que te aseguro que lo he entendido y, si realmente supieses lo que quiero en lugar de suponértelo y huir, ambos compartiríamos eso que lleva rondando por mi cabeza ya unos meses.
No seas tan cabezota y pasemos otro día más como los de antes, uno más y estaré a gusto pero dejar las cosas con algo pendiente no me gusta.



viernes, 12 de abril de 2013

No olvides, al menos, intentarlo.


Y sí, me he dado cuenta de que a esta vida o la plantas cara o será ella quien te la plante a ti; que o te la comes o ella te comerá a ti; que o la muerdes tú a ella, o ella te morderá a ti; que es ella o eres tú, pero aún así, tú decides. Mi consejo es muy sencillo, plántale cara, cómete la vida con patatas, da un buen mordisco y no dejes ni las migas, deja bien claro que tú decides. Que si te da la espalda, le tocas el culo. Sigue siempre hacia delante, y si te caes, no tardes en levantarte o perderás nuevas oportunidades. Cada día es único así que aprovéchalo, aprende, reacciona, haz de tus días algo que realmente te llene, no permitas que el tiempo pase simplemente marcado por las agujas del reloj, disfruta del presente porque el pasado ya no existe y el futuro cuando menos te lo esperes dejará de llegar. Atrévete a vivir, a sentir, a disfrutar, a triunfar, a soñar, a levantarte y a no darte nunca por vencida, porque sólo quien intenta cumplir sus sueños puede decir que ha vivido su vida. 


martes, 9 de abril de 2013


"Sueño contigo y no despierto... No, al menos, hasta que no seas tú la que lo haga de esa manera tan peculiar con la que solías recibir cada amanecer. El crepúsculo era nuestro rato preferido del día, ¿recuerdas? Ese momento en el que tú y yo, y nuestras ganas de nosotros, se unían y pasábamos a querernos en cualquier lugar una vez tras otra. Inolvidable cada puesta de sol en el que lágrimas compuestas de felicidad se precipitaban al vacío... ese vacío que eran tus manos sobre las mías, dónde no había espacio para nada más que no fuera tú y yo, y nuestro sudor.
Prometo despertar algún día al amanecer y salir a buscarte y no parar hasta que te encuentre. Y no solo lo prometo yo, sino la cafetera, las sábanas y la que debería seguir siendo nuestra rutina. Y tu vestido rojo y mi camisa, que se necesitan."


domingo, 7 de abril de 2013


Y la próxima vez que me veas, mírame a los ojos aunque sea sólo durante cinco segundos y ten el valor de decirme que no sentías nada cuando me tenías cerca, que jamás sentiste nada cuando mis manos recorrían tu cintura, tu espalda, tu pelo. Dime que esa sonrisa que a ambos se nos escapaba no era culpa de tenernos el uno al otro. Miénteme y dime que esas ganas locas de tenernos nunca existieron, que soy una más para ti o que lo nuestro fue sencillo. Mírame y dime que te arrepientes de la historia, que es un error en tu vida, algo que quieras olvidar. Por favor, en el caso de que estas palabras sean verdad, corre, ven, mírame y ten el valor de decírmelo.


sábado, 6 de abril de 2013

Co-razones


No hace falta que me digáis eso de que perdéis la cabeza, por eso de que sus caderas… ya sé de sobra que tiene esa sonrisa y esas maneras y todo el remolino que forma en cada paso de gesto que da. Pero además la he visto seria, ser ella misma, y en serio que eso no se puede escribir en un poema. Por eso, eso que me cuentas de que “mírala, como bebe las cervezas” y “como se revuelve sobre las baldosas” y “qué fácil parece a veces enamorarse”; todo eso de que ella puede llegar a ser ese puto único motivo de seguir vivo y a la mierda con la autodestrucción; todo eso de que los besos de ciertas bocas saben mejor, es un cuento que me sé desde el día que me dio dos besos y me dijo su nombre…

Pero no sabes lo que es caer desde un precipicio y que ella aparezca de frente para decirte: “venga, hazte un peta y me lo cuentas”.

No sabes lo que es despertarte y que ella se retuerza y bostece, y luego te abrace, y no sabrás como deshacerte de todo el mundo. Así que supondrás que yo soy el primero que entiende, que pierdas la cabeza por sus piernas, y el sentido por sus palabras, y los huevos por un mínimo roce de mejilla. Que las suspicacias, los disimulos cuando su culo pasa, las incomodidades de orgullo que puedan provocarte, son algo con lo que ya cuento. Quiero decir que a mí de versos no me tienes que decir nada, que hace tiempo que escribo los míos. Que yo también lo veo, que cuando ella cruza por debajo del cielo sólo el tonto mira al cielo. Que sé como agacha la cabeza, levanta la mirada y se muerde el labio superior. Que conozco su voz en formato susurro y en formato gemido y en formato secreto. Que me sé sus cicatrices y el sitio donde la tienes que tocar en el este de su pie izquierdo para conseguir que se ría. Que yo también he memorizado su número de teléfono, pero también el número de sus escalones, y el número de veces que afina las cuerdas antes de ahorcarse por bulerías. Que no sólo conozco su última pesadilla, sino también las mil anteriores. Y yo si que no tengo cojones a decirle que no a nada porque tengo más deudas con su espalda de las que nadie tendrá jamás con la luna, y mira que hay tontos enamorados en este mundo… Que sé la cara que pone cuando se deja ser completamente ella. Mi vida, ese puto milagro que supone que exista. Que la he visto volar por encima de poetas que valían mucho más que estos dedos. La he visto formar un charco de arena con todos esos relojes que la puso el camino. La he visto hacerle competencia a cualquier amanecer por la ventana. No me hablen de paisajes si no han visto su cuerpo. Que lo de “mira sí, un polvo es un polvo” y eso de lo del tesoro pintado de rojo sobre sus uñas y sólo los sueños pueden posarse sobre las 5 letras de su nombre, que te entiendo, que yo escribo sobre lo mismo. Que razones tenemos todos, pero yo, muchas más que vosotros.


viernes, 5 de abril de 2013




Nunca es demasiado tarde, o en mi caso demasiado pronto, para ser quien quieras ser. No hay límite en el tiempo. Empieza cuando quieras, Puedes cambiar, o no hacerlo, no hay normas al respecto. De todo podemos sacar una lectura positiva o negativa, espero que tú saques la positiva. Espero que veas cosas que te sorprendan, espero que sientas cosas que nunca hayas sentido, espero que conozcas a personas con otro punto de vista, espero que vivas una vida de la que te sientas orgullosa; y, si ves que no es así, espero que tengas la fortaleza para empezar de nuevo.  

(El curioso caso de Benjamin Button)

martes, 2 de abril de 2013


Necesito volver a vivir los días, revivir esos días que me hacen sentir especial. Simplemente necesito volver a sentir, a actuar por impulsos, por puro y libre albedrío. Actuar de forma directa, dejar de pensar tanto la manera de actuar y las consecuencias. Ser capaz de decirte lo que realmente me apetece. Volver a dejar todo por un sueño y despertar cuando de verdad quiera. Necesito correr por las calles de una ciudad sin rumbo fijo, volver a correr mientras me guían, quedarme sin aliento. Necesito gritar y liberarme de todo lo que me ata.