Y la próxima vez que me veas,
mírame a los ojos aunque sea sólo durante cinco segundos y ten el valor de
decirme que no sentías nada cuando me tenías cerca, que jamás sentiste nada
cuando mis manos recorrían tu cintura, tu espalda, tu pelo. Dime que esa
sonrisa que a ambos se nos escapaba no era culpa de tenernos el uno al otro. Miénteme
y dime que esas ganas locas de tenernos nunca existieron, que soy una más para
ti o que lo nuestro fue sencillo. Mírame y dime que te arrepientes de la
historia, que es un error en tu vida, algo que quieras olvidar. Por favor, en
el caso de que estas palabras sean verdad, corre, ven, mírame y ten el valor de
decírmelo.
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