sábado, 2 de febrero de 2013


Mares de agua dulce por mis sábanas saladas. Tormentas que bañan estaciones y paisajes que se unen entre horizontes. Noches oscuras donde la luz de la luna hace que todo sea más bonito, mañanas que irradian felicidad y parece pararse el tiempo. Y así, poder dejarse ser una misma en aquel paraíso donde Eva no hubiese elegido a Adán, ni siquiera hubiese mordido la manzana prohibida, ella hubiese preferido quedarse con la serpiente. Mariposas que provocan terremotos al otro lado del mundo, como si de orgasmos se trataran. Tú, provocador de mis terremotos. Pues bien, ahora piensa que en aquel paraíso prohibido la serpiente eres tú, malvada y tentadora. Adán es el camino fácil y morder la manzana es demasiado típico. Así es que si yo fuese Eva preferiría lo malvado y tentador en ese paraíso idealizado y en el que abunda la lujuria y la imaginación. 


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