domingo, 25 de noviembre de 2012

Niña María


Ya son muchos los años que llevamos festejando esta fiesta del colegio, de nuestro colegio y de todos aquellos pertenecientes a la Compañía de María. Ésta es la fiesta que celebramos en honor a la Virgen niña y es que hoy, para todos los aquí presentes, es el día de “La Niña María”, ese día que noviembre tras noviembre vivimos con la misma alegría y emoción.

Para nosotros, los alumnos de 2º de Bachillerato de la generación del 95, será ésta nuestra última Niña María y que mejor manera que vivirla este año así como el primero, con el uniforme y en procesión por el patio detrás de la virgen. La diferencia es que ya no tenemos dos o tres años ni vamos acompañados de los mayores del “cole”, sino que hoy hemos sido nosotros los mayores que hemos acompañado a los más pequeños a entregar las flores a la virgen, les hemos cedido las llaves de “La Enseñanza” y les hemos pedido que disfruten esta fiesta como nosotros lo hemos hecho. Pero esto no solo se lo pedimos a los duendes y a los de infantil sino a todos los que tenéis la suerte de pertenecer a la Compañía de María. Porque según pasen los años os daréis cuenta de que las historias de hoy son los recuerdos del mañana, que todo lo que hoy viváis aquí puede que en unos años lo recordéis con una sonrisa en la cara. Disfrutad de días como este, rodeados de compañeros y amigos, de profesores y tutores, de colegas y hermanos; olvidad por un segundo los exámenes y todo aquello que os pueda amargar este día, porque “La Enseñanza” es mucho más que eso; al fin y al cabo será como vuestra casa, igual que después de 14 o 15 años, ya lo es para nosotros. Y si me dejáis pediros un favor, me gustaría pediros que el día que lleguéis aquí arriba, al altar, sentados frente a la virgen, vestidas con el uniforme verde y negro que os acompañó desde pequeñas o bien de la manera más elegante con el traje y la corbata, seáis capaces de recordar todo lo que habéis aprendido entre estas cuatro paredes y de valorar cada momento que hayáis pasado juntos.

Pues bien, como un día dijo Santa Juana de Lestonac: “Llenad vuestro nombre. Un sello lacrado, escudo de la Compañía en sus rasgos rectos y firmes lleva grabado nuestro nombre: Compañía de María”. 


¡Viva la niña María!

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