viernes, 9 de noviembre de 2012


Desde pequeño te dicen que cuando seas mayor podrás vivir tu vida como quieras, pero nadie te dice que ser mayor es complicado, que dejar de querer duele y que hay personas que no se pueden sustituir. Nadie te dice que el mundo está repleto de capullos y sobre todo de putas. Más bien te dicen que tienes que buscar al hombre perfecto: guapo, con estudios, que sea alguien importante, divertido, feliz, que te comprenda, etc., pero nunca nadie nos enseñó como hacerlo. Nadie te explica como apretar los dientes y sonreír cuando lo que tienes es ganas de llorar, ni siquiera te preparan para el dolor. Todos te dicen que la vida es muy bonita; y te enseñan modales de educación que ni ellos mismos cumplen. Te dicen que no hay que mentir, pero no advierten que luego a los que más quieres son los que te mienten y que las bocas están llenas de falsos te quieros ¿y que peor mentira hay que esa? Nunca nadie te dice que la vida no es de color rosa y que habrá días en tu vida en los que querrás no existir. No te lo dicen porque tienes que descubrirlo tú solo, porque la mejor enseñanza son tus propios errores, cuando tu mismo te das cuenta que no existe el chico ideal y llegas a la conclusión de que probablemente Romeo y Julieta no fueran de este planeta o te das cuenta de que se puede mentir en algunas excepciones o que esos días que quisieras no existir hay que afrontarlos y mirar adelante. Aunque en el momento duele darse cuenta, hemos de comprender que la vida consiste en esto, en cometer errores y aprender de ellos. Que en la asignatura de la vida eres tú mismo el profesor y el temario tu día a día.


   


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