Desde pequeño te dicen que cuando seas mayor podrás
vivir tu vida como quieras, pero nadie te dice que ser mayor es complicado, que
dejar de querer duele y que hay personas que no se pueden sustituir. Nadie te
dice que el mundo está repleto de capullos y sobre todo de putas. Más bien te
dicen que tienes que buscar al hombre perfecto: guapo, con estudios, que sea
alguien importante, divertido, feliz, que te comprenda, etc., pero nunca nadie
nos enseñó como hacerlo. Nadie te explica como apretar los dientes y sonreír
cuando lo que tienes es ganas de llorar, ni siquiera te preparan para el dolor.
Todos te dicen que la vida es muy bonita; y te enseñan modales de educación que
ni ellos mismos cumplen. Te dicen que no hay que mentir, pero no advierten que
luego a los que más quieres son los que te mienten y que las bocas están llenas
de falsos te quieros ¿y que peor mentira hay que esa? Nunca nadie te dice que
la vida no es de color rosa y que habrá días en tu vida en los que querrás no
existir. No te lo dicen porque tienes que descubrirlo tú solo, porque la mejor
enseñanza son tus propios errores, cuando tu mismo te das cuenta que no existe
el chico ideal y llegas a la conclusión de que probablemente Romeo y Julieta no
fueran de este planeta o te das cuenta de que se puede mentir en algunas
excepciones o que esos días que quisieras no existir hay que afrontarlos y
mirar adelante. Aunque en el momento duele darse cuenta, hemos de comprender
que la vida consiste en esto, en cometer errores y aprender de ellos. Que en la
asignatura de la vida eres tú mismo el profesor y el temario tu día a día.
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