A veces todo es demasiado complicado, otras
en cambio todo es tan sencillo como levantarte y darte cuenta que los lazos que
nos unen son más fuertes de lo que nosotros mismos pensamos. Que sin darnos
cuenta lo que comenzó hace unos años, y finalizó meses después, hoy nos marca
más de lo que algún día pudimos llegar a imaginar. Que pudimos poner un punto
final y, sin embargo, se ha convertido en un punto y seguido. Hoy no sabemos ni
lo que queremos pero sabemos que no olvidamos tan fácilmente. Supongo que será
eso lo que nos impide ir más allá. A veces no es miedo a querer sino miedo a
tener que olvidar; y sufrir al recordar. Al fin y al cabo, de las situaciones
se aprende, te enseñan a ver la realidad que te rodea y a que, poco a poco, te
des cuenta de que lo que más duele es lo que más te ha llenado, que si lo echas de menos es porque algún día fue mucho mas. Un día miraremos atrás y nos
daremos cuenta que fuimos una luz que brilló demasiado, que brillaba tanto que
cegaba, y, por eso, no nos dimos cuenta de lo que realmente éramos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario