Felicidad
en estado puro, brutal, natural, real. Eso es lo que desprenden las personas
cuando dedican su tiempo a hacer lo que de verdad les gusta. Y es que el
pasado jueves tuvimos la oportunidad de ver esa gran felicidad sobre un
escenario, camuflada bajo el potente sonido de una batería, tres guitarras
eléctricas y un bajo. Sí, su primer concierto, nervios antes de empezar, todo
su entusiasmo sobre un pequeño escenario, satisfacción en cada nota, dejarse la
voz en cada canción, sonrisas perfectas entre estrofa y estrofa. Saben que no
son Fito ni los de Green day, que no tienen tanto público y
que no están en el mejor escenario, pero sinceramente no creo que eso les
importara ese día a las seis de la tarde; estaban pendientes de tocar lo mejor que
saben y de demostrarnos que esas horas de ensayo han servido para algo.
Realmente fue así, ya no se si será por las ganas que tenía de oíros tocar en
serio a los cinco o porque realmente es una gozada escucharos o porque lleváis
el Rock N´Roll en las venas. No lo se, pero si sé que espero oíros en muchos
más conciertos y que este haya sido el primero de muchos. Ya solo me falta una
cosa y es deciros que “El último local” acaba de dar al play y no tiene
pensado dar al stop.
Twitter: http://twitter.com/#!/ElultimoLocal
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