En esos días en los que estás cansado de todo y
no ves ni un rayo de luz, llámame, no prometo hacerte reír pero puedo
recordarte lo mucho que vales. Si algún día decides huir, no dudes en llamarme,
no prometo pedirte que te detengas, prefiero huir contigo. En esos ratos en los
que parece que te va a explotar la cabeza por la cantidad de bobadas que hay
que escuchar a lo largo del día, llámame, prometo no hablar mucho, tan sólo ir
a abrazarte. Si has perdido las ganas y no las encuentras por ninguna parte,
llámame, no prometo encontrarlas pero si ayudarte a buscarlas. Pero si algún día
me llamas y no respondo, ven corriendo a por mí, tal vez ese día sea yo quién
te necesite.
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