Sabes que en algún momento va a pasar. Porque si, porque es
inevitable. Porque son muchas cosas, mucho tiempo, muchos sentimientos... así
que lo único que intentas es que no te explote en la cara, estar preparada para
ello, al menos. Y justamente cuando crees que las cosas van bien, sin
esperártelo, te explota justo delante de tus narices. Y te das cuenta que el
amor es eso, un juego en el que un par de ciegos juegan a hacerse daño,
que todo tiene una fecha de caducidad, que nuestro tiempo pasó, y solo queda un
corazón medio roto, esta forma tan cobarde de no decirnos que no, un lo siento, un
desamor sin amor... que ojala no me hubiera repetido tantas veces ese "me
sobran motivos pero me faltas tú sobre la cama", porque ese ha sido justo
el problema y el detonante, el admitir las cosas pero no aceptarlas. Y
cada vez más tú, y cada vez más yo... sin rastro de nosotros.
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