Discúlpame si me quedo mirándote fijamente, si notas un rayo
de esperanza en mis ojos al mirarte, si de pronto descubres que te espero en
cada esquina cuando veo tu silueta pasar a lo lejos. Si me pierdo en cada parte
de tu cuerpo; perdóname si pienso demasiado en ti o si cuando estoy contigo me
siento feliz. Te ruego que me disculpes si deseo que tus labios me busquen, que
me beses, que me abraces, que me acaricies y me hagas cosquillas para sacarme
una verdadera sonrisa de felicidad. Discúlpame si busco continuamente excusas
para pasar un rato junto a ti o si deseo que no te alejes mucho de mí.
Perdóname si uno de mis objetivos eres tú y, por favor, perdóname si alguna vez
te adoro algo más que un poco.
Creo que buscarte es más digno que pensarte, más difícil que
encontrarte y menos triste que olvidarte.
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