No necesito una historia como
la de los cuentos de Disney, ni un final en el que todos coman perdices.
Necesito que me des una historia única, diferente, y nuestra. No necesito pasar
contigo todos y cada uno de los días del mes, es más, creo que hasta me gusta
el alejarme de ti tan solo por el reencuentro y el beso que tantísimo esperaba.
No quiero que aquel que me bese lo haga de la misma manera que tú, ni aquel, ni
el otro, ni el de más allá, todos esos me pueden besar de la misma manera pero
como tus besos ninguno. Ellos son todos iguales pero tú, para mí, eres
diferente. Sinceramente, no necesito esas velitas, esa luz tenue, ni una cama
llena de pétalos de rosas; lo que necesito es que entres por la puerta, que me
cojas y me empotres contra la pared, mostrándome las ganas que tienes de
abrazarme y de sentirte junto a ti, lo más cerca posible, compartiendo cada
parte de nuestro cuerpo. Vivir a nuestra manera. Dime mediante besos y
mordiscos lo mucho que me has echado de menos. Te advierto que algún abrazo
tonto necesitaré, pero te aseguro que donde estén las miradas de deseo, y las
sonrisas de complicidad sobra lo demás.
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