En esta oscura tarde de abril he necesitado abrir esa caja en la que un día me pediste que guardase todos los besos y abrazos que nos fuesen sobrando porque el día que los necesitemos más bien nos van a faltar. A veces esa es la escusa perfecta para darnos un par de abrazos de más, sin embargo la realidad es que hoy no me han venido nada mal. Hoy era día de tener la cabeza en mil sitios diferentes pero, sigo sin entender como ni porque, has aparecido en medio con un cartel luminoso y queriendo no dejarme en paz. Reconozco que en parte me gusta, me gusta saber que estas aunque no entienda bien porque y este dejando a un lado mis quehaceres. Quizá sean un par de canciones que han sonado hace un momento al seleccionar el modo aleatorio, o tal vez esas ganas de desconectar de tanto trabajo o simplemente porque hoy era día de pensar un poco en ti. Es más, ¿cuánto hacia que no soltaba al vuelo mis pensamientos? Casi tanto como hace que no me paro a pensar en mi.