Elige destino y vámonos

Puede que este sea día de recuerdos pero a mi lo único que se me pasa por la cabeza es las ganas que tengo de escaparme contigo a algún lado. No quiero cuchicheos ni suposiciones ni ojalas; lo que me apetece es sentir la verdad, lo que quieres, lo que no cambiarías de mi, lo que podrías echar de menos si algún día no estoy. Me pueden las ganas de perderme contigo un tiempo indefinido y en un lugar desconocido. Deseo con todas mis fuerzas pasar el día enredados entre abrazos, besos y pasión. Probar el sabor de tus labios por la mañana, que me despiertes de la forma más dulce y empezar el día con una sonrisa. Sin prisa alguna, dedicando cada segundo a vivir y contemplando todo lo que nos rodee. Algún día, tal vez. De momento, viento, frío y estrellas fugaces me recuerdan que tengo la suerte de contar contigo. 

Que le jodan a cupido, que tenerte no es cuestión de suerte

Sé que me sonríe y sonrió yo, como un autómata, como si su sonrisa arrastrara a la mía a través de un hilo invisible. Sé que me gusta su boca, sé que le abrazaría al menos 500 veces al día. Sé que me alegro cuando todo le va bien y más cuando sé que le voy a ver. Sé que pienso en él a menudo, demasiado a menudo quizás. Es la excepción que confirma la regla, es único, rompe todos los esquemas y, en muchas ocasiones, acaba con mi paciencia. Pero ha conseguido ser para mí más de lo que imaginaba, mucho más de lo que yo misma esperaba. Me regala, con el paso del tiempo, otra perspectiva de ver la vida, sin abandonar todo lo que ya tenía dentro de mi mente. Me ha dado la posibilidad de poner nombre y apellido a mi futuro. Después de tanto tiempo pensando que la felicidad es algo pasajero, que no existía una sensación eterna, tantos momentos desperdiciados por caminos que no llevaban a ninguna parte. Y por fin puedo asegurar que hay sentimientos que vienen para quedarse y que no tienen la intención de marcharse.

Rocknrolla

¿Ves ese paquete de “fumar mata” que hay sobre el piano?

Todo lo que hay que saber de la vida está entre esas cuatro paredes.

Verás que a una de tus personalidades le seducen los delirios de grandeza.
Un paquete dorado de cigarrillos largos con una insignia regia. Una atractiva insinuación de Glamour y riqueza. Una sutil sugerencia de que los cigarrillos son tus reales y leales amigos. Y eso Pete... es falso.

Tu otra personalidad intenta que te centres en la otra cara de la moneda.
En aburrida negrita y sobre un fondo blanco, aparece la afirmación de que esos firmes soldaditos de la muerte en realidad quieren matarte. Y esa Pete... es la verdad.

Oh... la belleza seductora llama a la muerte y yo soy adicto a su cautivador canto de sirena.

Lo que al principio es dulce, al final es amargo y lo que es amargo, al final es dulce.

Esa es la razón de que tú y yo adoremos las drogas.
Ahora por favor, dame fuego.

http://www.youtube.com/watch?v=-nWGNoYtLZ4

Quiero volver a esos días donde sólo hacía falta una mirada para hacernos sonreír, donde el tiempo pasaba sin que nos diéramos cuenta y todo lo demás no importaba, sólo nosotros. Y quiero hacer de estos días junto a ti momentos que no pueda olvidar jamás. Daría cualquier cosa por volver a esos momentos, todo a cambio de un segundo juntos, porque cuando todo empieza a ir mal lo único que deseo es volver a tu lado y abrazarte fuerte. Y me atrevo a decir que no eres todo lo que tengo pero eres todo lo que quiero. Tienes esa magia en la mirada que me hace no poder mirar a nadie más, esa magia en los labios que me hace extrañarlos cuando no los puedo besar, esa magia en las manos que al recorrer mi cuerpo me hacen volar... Y es que no hay nada más mágico que un segundo a tu lado, porque magia, eres tú.

Hoy me apetecen tus curvas, tu culo y lo que no es tu culo, y conducir caricias por los kilómetros de tu piel. Tirarme de cabeza en el marrón de tus ojos y nadar en él. Ahogarme hasta adentrarme en tu interior para conseguir saber lo que piensas. Hoy me apetece que el silencio invada la habitación y pasar mis dedos por tu espalda como si fuera braile. Comerme todas tus sonrisas, vestirme desnuda. Hoy me apetece dormir contigo y que me despiertes mañana con un beso. Soñarte en mis pesadillas. Que me rescaten desde el otro lado de la cama. Hoy me apetece besarte y que me comas a besos. Bucear entre las sábanas, decirte que te he echado de menos y matarte a abrazos, de esos en los que la ropa, más que nada, estorba.

Por los siglos de los siglos, amen (así, sin tilde)

No quiero asustaros, tan solo advertiros un par de cosas. Hay chicas más propensas a querer sin medida de tiempo o espacio; quiero decir, chicos, que cuidado con como las tratáis si vosotros mismos no estáis convencidos de que las queréis. Porque si por casualidad os topáis con una chica así, debéis estar seguros de lo que hacéis o, mejor dicho, en principio vale con que estéis seguros de que no la queréis hacer daño. Pues bien, ella irá detrás de ti si se lo pides con un simple “tengo ganas de verte” o un “te necesito”. Puedes estremecer su mundo entero dedicándola un “te quiero”, con eso alcanza para hacerla sonreír el día entero. Y en caso de estar lejos, ella se imaginará el día en que os volváis a ver y por fin pueda abrazarte y besarte de nuevo. Aun así, ella ya habrá escrito montañas de palabras que no se atreve a decirte cuando estáis a solas.

Por favor os pido que no hagáis que estas chicas desaparezcan pues no son muchas y desgraciadamente suelen encontrarse con tíos expertos en jugar con ellas, entendiendo jugar como hacerlas creer cosas que luego no son ciertas y despertar en ellas sentimientos nacidos de mentiras. Y, como comprenderéis, después de esto no vuelven a ser las mismas.