martes, 26 de noviembre de 2013

El que no puede sobrellevar lo malo no vive para ver lo bueno.


En este mismo instante alguien se despierta en la ciudad y alguien cierra sus ojos para dormir o para soñar, alguien camina sin rumbo y otro corre deprisa al trabajo. En este mismo instante alguien se besa bajo la tenue luz de una farola; y alguien mata y esconde la pistola. En este instante alguien anda abandonado con la mente perdida, pero también alguien anda perdidamente enamorado. Unos mueren de hambre mientras otros mueren de avaricia. En este mismo instante alguien tiene un accidente de coche mientras otro coge por primera vez uno. Unos hacen que sucedan las cosas, otros esperan que el destino las haga suceder. En este instante alguien resuelve sus problemas echándole huevos, mientras otro les da la espalda. Unos lloran esperanza mientras en otros la esperanza les mantiene vivos. En este mismo instante hay gente discutiendo por bobadas mientras otros disfrutan de su día. Por suerte o por desgracia, tenemos la capacidad de elegir, elegir en que emplear nuestro tiempo, nuestros días, nuestra vida.

martes, 19 de noviembre de 2013


Quédate con quien prefiera estar un sábado en tu casa, que bebiendo alcohol en una fiesta. Con quien prefiera tomar tu mano que tener un cigarro. Quédate con quien sepa estar sin ti pero prefiera estar contigo. Con quien te valore, no con quien te ilusione. Quédate con quien no necesite verte para saber que no te olvidará jamás. Con quien prefiera perder el orgullo con la persona que quiere, a perder a esa persona por orgullo. Quédate con quien te quiera no solo por cómo eres sino por cómo es él cuando está contigo. Con quien luche por tenerte aun sabiendo que ya estas. Quédate con quien te anime a cumplir sueños, no con quien te prohíba cumplirlos. Con quien confíe en ti más que en él mismo. Quédate con quien te regale su tiempo, no su dinero. Con quien te aprecie e intente comprenderte. Quédate con quien valga la alegría, no la pena. 


martes, 12 de noviembre de 2013



Despiertas, mirando al mundo con esos dos faroles. Caminas con tus ideales atrás, como si fuesen tus guardaespaldas. Generas rutinas pero buscas ser más amigo de lo inesperado; de cualquier experiencia que salga de lo cotidiano. Y aunque a veces cansa, está bien ese juego que generas con la vida: probarse a uno mismo, ver hasta donde puedes llegar. Este recorrido está lleno de personas. Todas aparecieron de la misma manera, siendo lo inesperado, la novedad. Pero poco a poco van tomando forma, van tomando color. Cambia la distancia; unos se acercan y otros se alejan. Personas que pudieron ser imprescindibles, ahora toman el título de extraños. La rutina nos va consumiendo en seco hasta que frenas y te preguntas, qué pasó. Pero muchas veces no nos damos cuenta de que el mundo es redondo y por mucho que nos demos la espalda, si continuamos caminando cada uno en su sentido, nos volveremos a encontrar.


viernes, 8 de noviembre de 2013


Hace ya algunos años que tengo un mecanismo de defensa para enfrentar las distintas situaciones de mi vida: vivo esperando lo peor aunque en el fondo me guardo alguna esperanza; sé que por ser yo las cosas van a salir bien, tienen que salir bien. Sí, es un argumento bastante egocéntrico, pero me funciona gran parte de las veces. Vivimos en un mundo egoísta, donde cada uno mira por sí mismo. Donde la gente miente con el fin de engañar a sus contrincantes. Hemos hecho de la vida un juego, pero nada de un juego como el pilla-pilla o el escondite, en el que todos juegan y se divierten sino un juego de estrategias, de lucha, de jugar para ganar. Hoy en día los que juegan al escondite, se han quedado escondidos y no tienen la intención de salir para salvarse. Ya solo quedan jugadores de ajedrez, con la estrategia preparada y dispuestos a atacar.



sábado, 2 de noviembre de 2013

Abrázame hasta que mañana sea ayer

Yo quería ser una rockstar. Quería vivir de la noche, en lugares donde nadie se acordara de nada. Lugares efímeros, en donde no se marcara ninguna huella sobre mí. Quería afirmar que había probado todo lo probable, sin caer en adicciones. Una vida con luces de discoteca, resacas y demasiada fiesta; una vida alocada. Tengo un pasado conflictivo. Tengo tantos errores que no podría acumular ni uno más. Mi mente está plagada de pecados capitales. Vivo aprendiendo a vivir. Caer en cada opción de perder, incluso sin querer levantarse. Veo la vida pasando frente a mis ojos sabiendo que estoy equivocada, pero sin tener claro como volver al camino correcto. Hasta que él apareció. No era un príncipe, pero se parecía. Le regaló a mi vida un par de escrúpulos, un par de motivos para no mandar todo al carajo. Me dio la tranquilidad suficiente como para ordenar mi futuro, y, solo decir, que ese futuro quiero vivirlo con él.