Con una
sonrisa en la cara y una lágrima en la garganta, recuerdo los años vividos en
este nuestro colegio. Hace ya más de 15 años que pusimos nuestro primer pie en
este lugar. Casi sin darnos cuenta han ido pasando los cursos y hoy nos encontramos
en un día tan importante y especial como es el día de nuestra graduación. Un
día que llevamos esperando ya mucho tiempo. Así terminamos un capítulo que no
es sino el comienzo de otro nuevo. Con todo lo que vivamos esta tarde llega el
fin de la que, probablemente, sea la etapa más importante de nuestras vidas, en
la que hemos llegado a ser como somos; la que nos ha visto crecer y madurar con
los años hasta convertirnos en los pequeños adultos que se puede decir que ya
somos. En este tiempo hemos aprendido que dos más dos no son cinco, que toda
oración, excepto que sea impersonal, tiene sujeto y predicado, que en inglés
“hola” se dice “hello” y en francés “bonjour”, que Colón descubrió América en
1492, y bueno, algunas cosas más. Ahora sabemos que solo un profesor de dibujo es
capaz de hacer circunferencias perfectas en la pizarra, que hay cosas que son
de cajón de madera de pino, que el nogal es un buen sitio donde reflexionar y
que las películas porno, no os penséis mal, son películas por no dar clase. Entramos
a este colegio sabiendo poco más que comer, dormir y jugar y sin embargo
saldremos habiendo hecho una media de 1450 exámenes.
Así pues,
por todos los años vividos en este colegio, por cada hora interminable de clase
y por los segundos de más en los exámenes, por los llantos y las risas, por las
excursiones y convivencias, por cada secreto que cada uno de nosotros nos
llevamos, por los profesores de infantil, de primaria, secundaria y
bachillerato, por los que hoy no están y por los que se quedan, por todo lo que
hoy dejamos atrás ¿qué mejor momento que este para daros las gracias? Tenemos
tanto que agradecer que seguro que me quedo corta con estas palabras. Lo
primero, gracias a todos los padres y madres que nos trajeron a este colegio y
que son los responsables de que hoy estemos aquí; gracias sobre todo por
apoyarnos, animarnos y confiar en nosotros en especial en este curso en el que
parece que nos jugamos nuestro futuro. Gracias a todos los profesores que hemos
tenido, a cada uno de los tutores que nos han soportado, gracias por la
infinita paciencia que habéis tenido. Gracias a todas las personas que hacen de
nuestros días algo más que el pasar de las horas, porque seguro que cada uno de
nosotros tenemos a quien agradecerle que nos saque una sonrisa en el momento
menos esperado o nos anime a subir cuando lo único que ves es un pozo sin
fondo.
Este
curso se acaba y el que viene ya no estaremos los 55 juntos. Teóricamente a lo
largo de estos meses hemos tenido tiempo para pensar en cada uno de nosotros y
es que es hora de tomar decisiones importantes, de alcanzar la mayoría de edad,
de ser algo más independientes y mostrar que todo lo aprendido a servido de
algo, de luchar por lo que queremos, de buscar y perseguir aquello que nos haga
felices, es hora, ante todo, de eso de ser felices. Pero la realidad es que en
este momento no tenemos muy claro que va a ser de nosotros, sólo somos
conscientes del esfuerzo tan grande que nos a supuesto el tratar de acabar este
curso de la mejor manera posible y aunque aun no sepamos los resultados estoy
segura de que cada uno de nosotros conseguirá su objetivo, sólo vale no
abandonar ni rendirse a mitad de camino porque por algo hemos luchado el estar
aquí y lo terminaremos como merecemos.
Vive
ahora en nosotros la incertidumbre de saber si el futuro nos reserva un espacio
en común, si en unos años podemos afirmar con orgullo que no ha habido
necesidad de echarse de menos. Pero creed si os digo que solo tenemos que
alimentar esa pequeña esperanza que grita sus ansias de querer por mucho
tiempo, que todo siga tal cual lo es aquí y ahora.
Puede
que ahora no tengamos claro lo que seremos en unos años pero lo que si sabemos es
lo que nunca somos y lo que nunca dejaremos de ser, Compañía de María.
Graduación Generación del 95, Compañía de María, La Enseñanza.