Elena Agúndez Rodríguez

Quiero ser lo que siempre quisiste y necesitaste. Tu deseo más ansiado, tu pasión más secreta. Quiero ser tu pensamiento, tus sueños, quiero ser para ti una droga, una adicción. Quiero que te despiertes pensando en mí, después de haber estado soñando toda la noche conmigo. Quiero que me mires cuando yo no te miro. Quiero que me escribas sin llamarme por mi nombre, que me dediques tus palabras más sinceras, que desees besar mis labios, que temas perderme de nuevo. Quiero ser tu amor platónico, que intentes buscar mi mirada entre la gente, que quieras que mis sonrisas lleven tu nombre o que te dedique algunas palabras bonitas y sinceras. Quiero que desees mi cuerpo, que te mueras por tocarle. Quiero que siempre añores mi olor, que pienses en mi y no puedas evitar sonreír, que tiembles cuando te toco, cuando te abrazo, que me apartes la mirada tímidamente. Quiero que preguntes a la gente por mi, que vayas a cualquier parte pensando que yo estoy allí, que te pongas guapo para destacar entre la multitud, que pienses que nunca podrá ser, pero que desees que lo sea. Que yo sea pena, deseo y consuelo. Quiero que supliques al cielo uno de mis besos, que mates por rozar mi piel, que cuentes al mundo que deseas tenerme cerca, que quieres más momentos junto a mí, que te mueres por mis huesos, que deseas hacerme tuya. Quiero que pases, que digas, y que sientas todas las cosas que me has hecho sentir tú, y que al final, pueda darme el gustazo de decirte "Te dije que merecía la pena".