jueves, 24 de mayo de 2012


No necesito una historia como la de los cuentos de Disney, ni un final en el que todos coman perdices. Necesito que me des una historia única, diferente, y nuestra. No necesito pasar contigo todos y cada uno de los días del mes, es más, creo que hasta me gusta el alejarme de ti tan solo por el reencuentro y el beso que tantísimo esperaba. No quiero que aquel que me bese lo haga de la misma manera que tú, ni aquel, ni el otro, ni el de más allá, todos esos me pueden besar de la misma manera pero como tus besos ninguno. Ellos son todos iguales pero tú, para mí, eres diferente. Sinceramente, no necesito esas velitas, esa luz tenue, ni una cama llena de pétalos de rosas; lo que necesito es que entres por la puerta, que me cojas y me empotres contra la pared, mostrándome las ganas que tienes de abrazarme y de sentirte junto a ti, lo más cerca posible, compartiendo cada parte de nuestro cuerpo. Vivir a nuestra manera. Dime mediante besos y mordiscos lo mucho que me has echado de menos. Te advierto que algún abrazo tonto necesitaré, pero te aseguro que donde estén las miradas de deseo, y las sonrisas de complicidad sobra lo demás.


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