domingo, 18 de diciembre de 2011


Nos empeñamos en buscar la perfección, queremos ser perfectos ante los ojos de los demás. Intentamos cambiar todo lo que a la gente no le gusta de nosotros, sólo para complacer su gusto. Pretendemos borrar nuestros defectos, cambiar totalmente nuestro cuerpo, nuestra manera de pensar, de vestir... y todo esto es esfuerzo en vano. Damos demasiada importancia a una mala opinión de alguien que ni si quiera sabemos como es realmente, a simples comentarios que se dicen sin pensar, a textos, anuncios y carteles que pueden haber escrito cualquier persona pero que a nosotros nos parece que nos pretenden mostrar las principales normas que hoy en día hay que cumplir. Creemos que la perfección nos dará la felicidad, que seremos más felices si tenemos un cuerpo bonito o si gustamos a todo el mundo. Nos rebajamos, nosotros mismos cambiamos... y cuánto más perfecto pretendemos ser, más dificil lo tenemos.

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